A la orilla del malecón del corregimiento La Peña, en zona rural de Sabanalarga, después de tirar atarraya durante más de 12 horas, llegan decenas de pescadores que regresan con las canoas vacías porque es poca la zona libre de plantas invasoras, las aptas para la pesca.

Abel Otero, un curtido pescador de La Peña, arribaba a la zona del puerto este sábado en la mañana después de haber salido el viernes a las 5:00 de la tarde.

A mano limpia e inclinado en su canoa, se va abriendo paso entre la ‘lechuga de agua’ para anclar. Además, Abel debe ser socorrido por otros pescadores desde la orilla y en ese último esfuerzo hace un llamado a la Gobernación y a la CRA, “para que nos ayuden que la gente no sale a trabajar porque hay mucha dificultad”.

Rafael Otero, de 66 años, otro pescador, habló de lo difícil que está la pesca por estas condiciones ambientales y “el Gobierno no ayuda en nada. Ni el Gobierno regional ni el nacional”, señala.

“Lo que se gana aquí es para la comida, para nada más”, añade Otero. 

A las instancias gubernamentales, les pidió “que se hagan presente aquí en el pueblo que estamos necesitando”.

Denunciaron los pescadores incumplimientos de la Alcaldía de Sabanalarga en la entrega de una ayuda.

“El Gobernador Verano no se hace presente en el pueblo. Y si vino un día vino fue de entrada y salida. Creo que vino a comerse una mojarra o algo así, enseguida se fue. No viene a conversar con los pescadores a ver en qué puede ayudar”, precisó.

Selfi Suárez, líder comunitario de La Peña, recordó que se trata de un proceso cíclico.

“Esta lechuga fácilmente puede salir en el mes de enero, febrero, marzo, cuando haya brisas”, dijo.

Planteó como solución que “se abran las compuertas periódicamente y ahí sí utilizar a los pescadores pagándoles los jornales para que ellos se vayan hacia la ciénaga de Repelón y la lechuga que se encuentra en los sitios donde no corre, que los pescadores lo saquen”.